En el camino a Parla, desde el tren, se distinguen varios cerezos, y desde hace unas semanas están en flor. Esto no creo que sea bueno para la época del año en la que estamos, pero eso no es de lo que voy a hablar.
Cada vez que veo los cerezos me acuerdo de la leyenda (en realidad no se si es leyenda, pero sale en algunos mangas) del por qué de las flores rosas. Se dice que debajo de los cerezos hay personas enterradas, y el árbol se alimenta de su sangre, por lo que las flores se tiñen de un color rosa...
Por mi vena friki cada vez que paso también me imagino a Seishiro al lado del cerezo...
Como sabréis, y si no lo sabéis os enteráis ahora, llevo unos días en los que deseo morirme entre unas cosas y otras, y, por extraño que parezca, el otro día me encontré pensado en qué se sentiría si se estuviese enterrado debajo del cerezo. Ya se, se supone que debes estar muerto y así no se siente nada, pero me refiero a algo más profundo.
Hace poco uno de mis post era un párrafo del libro que estábamos leyendo en clase, al final el protagonista muere y desde una especie de limbo observa a aquellos que ha dejado, y ve y se lamenta de que la huella que ha dejado es casi inexistente... Esto me hizo pensar que si yo, por alguna razón, muriera no dejaría más que un leve sabor amargo en ciertas personas que se iría eliminando a la vez que mi recuerdo caería en el olvido.
Y vuelvo a lo del cerezo, si me muero y me enterráis debajo de un cerezo, viviré de alguna manera en las flores de sakura que crezcan cada año, y me meceré con el viento volando sin preocupaciones convertida en flores de sakura...
Video: Sumire; the GazettE