Yo no existo... Y por si algún desconfiado o terco o maliciosillo no creyese lo que tan llanamente digo, o exigiese algo de juramento para creerlo, juro y perjuro que no existo; y al mismo tiempo protesto contra toda inclinación o tendencia a suponerme investido de los inequívocos atributos de la existencia real. Declaro que ni siquiera soy el retrato de alguien, y prometo que si alguno de estos profundizadores del día se mete a buscar semejanzas entre mi yo sin carne ni hueso y cualquier individuo susceptible de ser sometido a un ensayo de vivisección, he de salir a la defensa de mis fueros de mito, probando con testigos, traídos de donde me convenga, que no soy, ni he sido, ni seré nunca nadie.

5 ene 2008

Elisabeth

La débil brisa mece las hojas de los árboles a media tarde, desprendiendo algunas más marrones de las ramas, y también mece gracilmente el cabello de nuestra protagonista, una joven de unos veinte años, alta, de pelo largo y negro, con débiles toques de azul, obviamente teñido. Lo de las mechas azules fue un experimento de su compañera de piso, no la convencían mucho, pero podría haber sido peor.


-Hitomi-llamó a su perra, a la que estaba paseando por el parque.-Vámonos, que ya va siendo hora de que cene.


Iba muy contenta, esa noche tenía una cita con su novio, un chico guapo, amable y cariñoso al que quería mucho...o creía querer. La verdad es que en realidad le llenaba más de satisfacción ver las caras de envidia de las chicas que los veían juntos, que el hecho de estar con él en sí, pero se decía a sí misma que era un buen chico y que le convenía.
Tan ensimismada estaba en sus pensamientos que no se percató del hombre que acariciaba a Hitomi. Cuando se sintió observado el hombre se levantó quedando de manifiesto su gran altura. Le sorprendió su aspecto, una gabardina de cuero larga y negra, una gorra también negra, contrastando con una piel muy pálida y unos ojos verde claro, su cabello por el contrario también era negro, largo y liso.

-¿Es tu perro?-preguntó el hombre, su voz era dulce.

-¿Eh?...Si...es perra, se llama Hitomi-contestó algo confundida.

-¿Hitomi?, que nombre más bonito y exótico-dijo volviendo a acariciar a la perra- ¿es oriental?

-Si, la dueña de su madre es japonesa.

-¿Y el nombre de la dueña de Hitomi?- preguntó mirándola.

-...Elisabeth.

-Bonito nombre, muy poco común por aquí.-dijo levantándose y acercándose a ella- También poco comunes estas mechas, tienen un color muy bonito.-dijo mientras le acariciaba una de las mechas haciendo que se sonrojara- Hasta otra, Hitomi...Elisabeth.


Se quedó parada, sin poder reaccionar aún sonrojada por la acción de aquel extraño del que ni siquiera sabía su nombre.
***

Abrió pesadamente la puerta del piso dejando que Hitomi entrara corriendo hiperactiva, después de todo aún era un cachorro.

-¿Ya has vuelto?-preguntó su compañera asomándose desde la cocina- Te ha llamado tu querido novio, que te pasa a buscar a las 8.

-Vale, gracias-dijo mientras entraba en la cocina.

-¿Qué te pasa?-preguntó sonriendo su amiga- Estas colorada.

-¿Qué?... ¿qué dices?... no me pasa nada, que cosas tienes, Ali.
-Si tu lo dices- dijo sonriendo mientras se volvía a enfrascar en lo que cocinaba.
Se marchó a darse una ducha. Mientras el agua caía sobre su cuerpo no podía parar de pensar en aquel hombre, le había resultado bastante atractivo y no podía negar que era simpático, pero había algo en él que le daba mala espina y no sabía el que...pero quería poder volver a verlo y preguntarle su nombre...
-¡Beth la cena!
-Voy...ya voy...
***
El club estaba abarrotado, casi no pudieron llegar hasta la barra y ya allí el novio de Beth se disculpó por tener que cerrar un negocio.
-Ya sabes como es mi padre, no quiere que digan que soy el enchufado del jefe quiere que termine mis propios proyectos y si consigo que este cliente firme...
-Si, tranquilo ya lo se, pero una cosita antes de que te vayas-dijo sugerentemente acercándose a su chico.
-Dime.-dijo dispuesto a besarla.
-Si que eres el enchufado del jefe-dijo riendo Beth, para luego darle un dulce beso para resarcirle-mucha suerte.
Le vio marcharse y se quedó allí, bebiendo de su copa lentamente viendo como todo el mundo bailaba y se divertía. Al rato noto una leve presión en su hombro y se dio la vuelta sonriendo esperando ver a su novio. Pero no era él.
-Buenas noches, Elisabeth.- saludó el hombre de blanca tez y pelo oscuro del parque.

El corazón de Beth latía descontrolado, aquel hombre que le había causado tanta impresión estaba delante de ella de nuevo.
-Vengo a hablarte sobre tu novio...no te va ser agradable, pero es mejor que lo sepas, no quiero que una chica tan bella viva engañada.
Beth miró confundida al hombre y tomó temblando la blanca y fina mano que este le ofrecía, su tacto era frío, como artificial. El hombre la guió sin problemas hasta la puerta del servicio de caballeros. De la estancia salían pequeños suspiros, jadeos y gemidos. Antes de entrar ya sabía lo que se encontraría, pero asombrosamente no le afectó tanto como era de esperar. Miró tan solo durante unos segundos para asegurarse que aquel que estaba con una rubia de grandes pechos era su novio...su ahora EX-novio.
Salió del club de inmediato, no sabía donde se había separado del hombre que tanto la intrigaba, pero no iba a volver para averiguarlo. De repente una brisa repentina le hecho el pelo en la cara y cuando se lo apartó se encontró frente al hombre. sin poder evitarlo dio un salto atrás
-Lo siento, no era mi intención asustarte-dijo el hombre con voz tranquilizadora- siento mucho lo de tu novio...pero no podía permitir que te siguiera engañando tal vilmente.
-Gracias, la verdad es que no me ha afectado mucho, será porque en realidad no le quería, gracias por abrirme los ojos.
El hombre simplemente sonrió dulcemente y se puso en marcha de camino al club.
-¡La chica!- le espetó Beth, como no queriendo que se marchara-...la chica...¿es tu novia?-preguntó debilmente sin saber por qué actuaba así.
-No, es mi presa.
Beth miró confundida al hombre que mostraba unos largos colmillos y que un instante después desapareció con la brisa...
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Bueno, quiero opiniones ya sea en el tag en comentarios y si debo seguir o mejor me retiro de hacer estas cosas...según lo que me digais le doy 2º parte o no...pero no seais muy duras con la pobre Tsubaki ;)

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